En estos tiempos tan revueltos parece que vivimos de sobresalto en sobresalto. Son muchos los ciudadanos que han encontrado en el alquiler vacacional una forma de incrementar los ingresos familiares con el alquilando habitaciones de sus propias casas; o de sus segundas residencias, a turistas frente a los que utilizan esta posibilidad para camuflar una actividad empresarial. El abuso por parte de los que actúan de forma irregular ofreciendo unos servicios más propios de un negocio hotelero o de “Bed&Breakfast” que de una actividad privada de alquiler de habitaciones en tu propia casa, ha llevado a la necesidad de regular esta “actividad” a la vista de la falta de una ley especial que resolviera este tipo de situaciones.
Hacienda tomo partido en el asunto y obligó a las plataformas (Airbnb, Vbro, Booking… etc.) a informar puntualmente de todos los ingresos obtenidos por los propietarios con motivo de dicha actividad y ahora serán los ayuntamientos quienes reclamaran su parte, en forma de licencias o permisos para desarrollar esa actividad empresarial.
A la gallina de los huevos de oro de los alquileres vacacionales se le está poniendo cerco, debido a la multitud de problemas o conflictos que han ido surgiendo en algunas ocasiones por la falta de regulación. La ley va por detrás de la realidad y a pesar de que tras la reforma de la ley en el año 2019 que incorporó la posibilidad de que las Comunidades de Propietarios puedan prohibir, limitar o condicionar el alquiler vacacional, lo cierto es que esta medida no ha tenido mucho éxito al exigirse amplias mayorías para tomar el acuerdo, pues a fin de cuentas se trata de una limitación a tu facultad de usar tu propiedad privada dentro de tu propia casa.
Y ahora, de repente, nos encontramos con la sorprendente noticia de que en Barcelona se ha prohibido el alquiler de una habitación de tu propia casa a turistas. Efectivamente, el Gobierno de Cataluña ha dejado en manos de cada ayuntamiento esta posibilidad y Barcelona ha sido la primera en hacerlo. De esta manera, durante un año, nadie más podrá pedir la licencia para compartir su vivienda con turistas. Y esta noticia ha corrido como la pólvora sin quizás entender exactamente que es lo que se ha prohibido en realidad.
En cualquier caso, los propietarios de apartamentos turísticos pueden seguir con sus alquileres porque lo que se trata de impedir es que se quiera aprovechar esta vía, para de manera irregular camuflar una actividad ilegal de hotel o “Bed&Breakfast” alquilando habitaciones y ofreciendo servicios más propios de una actividad hotelera que de una vivienda vacacional particular y que queden regularizados bajo una nueva norma de viviendas compartidas y no de alquileres vacacionales fraccionados en habitaciones para tratar de saltarse la legislación vigente.
Marisa Moreno Castillo. Abogado y cónsul de Dinamarca.
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